Es interesante cerrar ciclos. Ayuda a voltear, ver hacia atrás y entender de dónde veníamos. Cosechar y contemplar los triunfos y frutos obtenidos. Agradecer las horas de trabajo y las miles de noches invertidas. Crecer.
Termina una semana intensa, cerrando un ciclo emocionante e interesantísimo en mi vida personal y profesional.
“¿Listo?” -me preguntaron esta mañana antes de dar un anuncio que nunca me imaginé dar. “Viene una gran transformación”, también agregaron. Con un: “Todas han sido grandes transformaciones”, concluí la preparación. Creo que nunca esperé cerrar esa frase con una sonrisa enorme, pero así fue.
Durante los últimos 4 años he emprendido un proyecto personal y profesional que me ha permitido cumplir uno de mis sueños más grandes: trabajar en política.
Inició, y me acuerdo perfectamente, saliendo de la oficina de la dirección general, con un proyecto que nadie tenía idea de cómo hacer. Como niño con jueguete nuevo, abrí la caja del rompecabezas y me dediqué a cumplir el sueño. Todos estos años después, no hay día que no recuerde cómo me sentí después de aquella junta, y hoy no fue la excepción.
Dejan mi equipo dos personas maravillosas, y con eso se cierra una etapa y una generación en ese proyecto que me ha tocado crear, inventar, liderar y reinventar.
Un proyecto que me ha enseñado no solo de política y comunicación, sino también de manejo de equipos y hasta una que otra lección de vida.
No son las primeras personas que se van, y no son estrictamente la primera generación (esa está guardada en un espacio diferente). Pero por el crecimiento que me tocó ver en sus carreras, y el saber que brincan a un nuevo escalón, más alto del que llegaron, me hace sentir algo diferente, más emocionante. Y definitivamente confirma el cierre de un ciclo mucho más grande.
Podrá sonar ridículo, pero así se siente. Y estoy tan emocionalmente ligado a este proyecto que ha sido mío y de todo este equipo desde el inicio, que solo me queda disfrutar el momento y aprenderle. Una lección más gracias a esa reunión en la oficina de la esquina norte del edificio.
Hoy que cierra este momento no pude dejar de recordar el inicio de la aventura. Voltear y ver todo lo que me ha tocado caminar y aprender gracias a ellos.
En ese momento tomé de inspiración el discurso de los viajes a la luna de Kennedy, y hoy no tengo más que volver a recordarlos y plasmarlos. Porque no vivimos y crecemos por quedarnos parados, y no nos aventuramos a hacer cosas fáciles, sino las que nos retan, las que nos hacen mejores.
“We choose to go to the moon. We choose to go to the moon in this decade and do the other things, not because they are easy, but because they are hard, because that goal will serve to organize and measure the best of our energies and skills, because that challenge is one that we are willing to accept, one we are unwilling to postpone, and one which we intend to win, and the others, too.”
John F. Kennedy – Moon Speech – Rice Stadium, 12 de septiembre de 1962
Y hoy, definitivamente, ha sido un día más cerca de llegar a la luna.